En Culiacán desde hace 6 meses inició la guerra entre dos grupos criminales. A partir del 9 de septiembre en la capital sinaloense se registraron diversos hechos violentos que provocaron el cierre de comercios y escuelas de manera temporal y con ello la pérdida de la tranquilidad. La violencia se ha extendido durante estos seis meses a otros municipios como Eldorado, Elota, Navolato, entre otros del estado de Sinaloa, que entre menor o mayor magnitud de hechos violentos se mantienen en la zozobra de no poder vivir en una zona tranquila.
A la fecha se han contabilizado 945 homicidios dolosos, 3 mil 491 víctimas de robo y con ello la crítica por no lograr frenar la inseguridad que permite cerrar el mes de febrero con mil 242 víctimas de privación de la libertad, de las cuales 436 regresan a sus hogares sin vida. Un símbolo que determina la estructura de nuevas formas y estrategias que permitan garantizar el combate a las inseguridad como un elemento fundamental de gobierno ante una serie de reclamos de los sinaloenses que ya quieren vivir en un Sinaloa en paz.
Pese a todo ello el Gobierno del Estado de Sinaloa se mantiene declarado en un gobierno pacífico y que hace frente a la inseguridad, pese a los constantes ataques que afectan y vulnerabilizan a un estado netamente tranquilo alegre y trabajador. Sin duda el esfuerzo ha sido mucho; sin embargo; los resultados se encuentran a la mitad, lo que implica un esfuerzo extra para lograr que se recobre a un Sinaloa dispuesto a disfrutar de cada una de sus etapas, alegrías y esfuerzos de trabajo. El recuperar y poner de pie a un estado tranquilo deberá hacerse con un trabajo en conjunto sociedad y gobierno.
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