Andrés Manuel López Obrador,  fue cuestionado respecto a las ideologías que podrían representar una supuesta influencia en la política nacional, entre las que se mencionan el satanismo, la masonería y el catolicismo. 

Este tema fue puesto sobre la mesa tras hacerse virales unas camisetas con la imagen de la “santa muerte” acompañadas de la frase: "un verdadero hombre nunca habla mal de López Obrador".

Durante su conferencia matutina, López Obrador contestó a dichos cuestionamientos, que él respeta la libertad de religión y que no desea entrar en polémicas relacionadas con esos temas.

El Presidente también agregó que México es un país laico, por lo que los ciudadanos están en su derecho de practicar cualquier religión o a no practicar ninguna, puntualizando la importancia de la libertad religiosa. 

Comentó que en tiempos electorales todo se convierte en debate y polémica, pero solicitó que no haya violencia ni agresiones durante las discusiones.

Cabe destacar, el tema de la masonería también salió a relucir cuando el investigador Wenceslao Vargas Márquez, autor del libro La Masonería en la Presidencia de México, mencionó que expresidentes como Francisco I. Madero y Victoriano Huerta eran masones. 

Al respecto, López Obrador respondió no estar seguro de si Madero era masón, pero sabía que Benito Juárez sí lo era, aunque aclaró Juárez era anticlerical, no antirreligioso, y estas dos posturas son diferentes.

En otras ocasiones, el mandatario declaró públicamente su fe cristiana, describiendo a Jesucristo como "el luchador social más importante que ha habido en la tierra". Sostiene que sus valores y ética se basan en los principios cristianos, y que estos guían sus políticas públicas.

Además, expresó su admiración por el papa Francisco, a quien considera un líder espiritual que comparte sus ideales de humanismo y justicia social.