Se reúnen Piña y Noroña para intentar superar dificultades en la relación; acuerdan ‘mantener el diálogo’.
FELIPE VILLA
CIUDAD DE MÉXICO.- En el escenario político de México, el romance que empieza a gestarse no involucra a todos los actores. Mientras el Poder Legislativo y el Poder Judicial parecen haber comenzado un acercamiento tímido, el Ejecutivo, representado por la presidenta Claudia Sheinbaum, sigue marcando distancia, firme en su postura.
La reunión entre la ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Norma Piña, y Gerardo Fernández Noroña, presidente del Senado, fue el primer paso hacia un diálogo entre estos dos poderes. En un encuentro que duró apenas 30 minutos, los protagonistas lograron un acuerdo mínimo: mantener la comunicación abierta.
Al salir, Noroña fue claro: “Hay una preocupación común de superar dificultades. No estoy diciendo que las hayamos superado, no estoy diciendo que las vayamos a superar”. El mensaje es claro: las tensiones persisten, pero al menos existe la voluntad de hablar. Sin embargo, la relación entre Piña y Sheinbaum sigue congelada.
Hasta el momento, no ha habido ningún acercamiento entre Norma Piña y la presidenta Claudia Sheinbaum. La mandataria, desde su posición de poder, ha dejado en claro que no cederá ni un milímetro frente a las resistencias del Poder Judicial.
Con carácter firme, Sheinbaum ha afirmado que la elección de jueces, ministros y magistrados va, es un mandato ciudadano, y lo ha demostrado enviando al Senado dos iniciativas que regularán el proceso de elección de jueces, magistrados y ministros para que se lleve a cabo en junio de 2025.
El Poder Legislativo, con Noroña como mediador, parece haber encontrado en el Poder Judicial un aliado potencial para suavizar las tensiones y explorar vías de cooperación. Pero el Ejecutivo se ha mantenido al margen, observando los movimientos y actitudes de Norma Piña.
Sheinbaum ha mostrado su carácter firme ante las resistencias de Piña y marcado la pauta con acciones contundentes. Enviar directamente las iniciativas para reformar la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, así como la Ley General del Sistema de Medios de Impugnación, deja claro que el Ejecutivo sigue avanzando en su propia agenda, sin necesidad de esperar un acercamiento con la Corte.
Este romance, entonces, apenas es entre el Legislativo y el Judicial, una relación que podría tener un impacto en la elección de jueces, pero que aún está lejos de ser una alianza sólida. Mientras tanto, la presidenta Sheinbaum sigue firme, dispuesta a ejercer su autoridad, aunque eso signifique que este triángulo de poder se mantenga incompleto por ahora.